
El otro día fui con mis padres a Madrid y en una parada que hicimos en el camino vimos una tienda en la que vendían navajas de todos los tipos. Empezamos a recordar cómo el abuelito sacaba siempre punta a los lápices con su navaja (que siempre llevaba en el bolsillo). Una cosa llevó a la otra y sin poder evitarlo me fueron llegando más recuerdos de su vida cotidiana como el “¡quién vive!” que siempre decía cuando alguien entraba en casa o cuando después de comer decía “hoy ya no nos morimos de hambre”. No se, son tantas las cosas que me vienen a la cabeza… Recuerdo las esparteñas que siempre llevaba en verano, y el sombrero, recuerdo sus manos con los dedos algo fastidiados por las artrosis, su prudencia (porque a pesar de que parecía que decía lo que le daba la gana sabía estar callado muchas veces). Recuerdo sus historias de joven que tanto le gustaba contar. Recuerdo cuando dormía en su casa y lo escuchaba rezar el rosario y acto seguido se oían los ronquidos. Recuerdo que también siempre lo contaba todo: los coches que habían aparcados, las pelotas que había hecho para comer… Recuerdo su horchata de almendra, sus caracoles y sobre todo cómo le gustaba que todos nos lleváramos tan bien y estuviéramos tan unidos (eso también me gusta a mí que por cierto a ver cuando hacemos por fin la buñuelada). Pues nada si os apetece y tenéis tiempo ponéis también algún “recuerdo”. Un besico a todos.
13 comentarios:
Me acuerdo de su voz perfectamente, de cuando empezaba ha hablarme diciendo "nena...", de sus orejas grandes, de cuando se sentaba en el patio de mi casa espatarragao ha hacer las castañetas, y de como sin decirle nada nadie tomo las riendas de mi familia cuando falto mi padre por que el creia tener esa obligacion y debia de suplir su falta dentro de sus posibilidades.
Jo que rollazo. Es muy dificil no tener una riada de recuerdos, muy intensos ademas, del abuelo. Era muy especial.
castañetas, cometas, bardizas, cabañas, nudos... ¿que no sabría hacer el abuelo?
Como bien decís, hay miles de anecdotas para contar, pero a mi me viene a la cabeza, la gran aficción que tenía al futbol, como se sentaba en la salica en el filo del sillón, para poder hacer bien los gestos de chute y cabezeado, que si hubiera estado en el campo, bien hubieran supuesto mas de un gol. Y como la abuela, paciente, aguantaba la cena a despues del partido, pues, si la ponía durante el mismo, el abuelo se la comía, sin saberlo (quizá por la energía que consumía), y despues del encuentro, la volvía a pedir
Tambien, como luismi, escondía los deberes debajo de la mesa de la salica, y retaba al abuelo, diciendole, que no sabía cuantos eran 6x8, o 13x2.
¡Que inocentes eramos, pensando que eramos mas listos que él...!
jajajajajjaajjaja, y como jugaba con la dentadura, como si fuera un chicle, moviéndola de un lado a otra de la boca, me parto, jeje
Un dia se dejo la dentadura en mi casa cuando teniamos el aljibe dentro de la cocina, encima de el. Cuando llego a Murcia llamo a mi casa y dijo que no habriesemos lo que habia liado en un papel encima del aljibe que era suyo, todos sabiamos que era, me pregunto que cenaria esa noche...Lo que es seguro que no se acosto en ayunas, jajajaja
Recuerdo el "sí, pero mi decir es..." cuando quería dar su opinión.
Y de camino a Abanilla ir diciendo todos los sitios por donde pasábamos: la senda de Granada, aquí vivía mi prima...
Y, cómo no, sus indicaciones para aparcar el coche: vira, dale, bueno estaaá!!
Por cierto, lo del ver el fútbol en el filo del sillón es un gran recuerdo. Algunas veces mientras veía el fútbol cortaba queso o embutido con uno de sus chuchillazos y daba un miedo!! porque parecía que se iba a llevar un dedo por delante, estaba completamente hipnotizado por una jugada con el cuchillo en el aire y aunque le llamaras varias veces seguía embobado.
yo me acuerdo muchas veces de una cosa je je.... de cuando se iba a sentar y le quite la silla y pego un culazo de campeonato... se quedo pasmao y yo despues tambien claro! jejejee
Y hablando de sillas, alguien se acuerda de cuando en la cueva le pusimos un petardo debajo de la silla y ni se inmuto?
Yo recuerdo las innumerables anédoctas del abuelo y la abuela interrumpiedo diciendo "¡¡Eso no lo vió ni tu padre!!", jaja. O con la caña señalando almendra por almendra ABSOLUTAMENTE TODAS las que había en el suelo. También su odio (razonable sabiendo la historia) a todo lo italiano, incluida la comida, por supuesto. Buff, cuantas!!
No podemos hablar de gastronomia del abuelo sin mencionar la especialidad de la casa junto con la hotchata, EL TOMATE FRITO. Por muchas termomises que tengamos, ese era simplemente espectacular, hasta el peor pan, que era el de Abanilla, podia hacerlo bueno aquel tomate.
Recuerdo cuando los recogia para venir a Alquerias a comer; el abuelo iba nombrando las calles que dejabamos a derecha e izquierda por todo puente tocinos; el asilo, el carril de los lucios, el carril de los canos, la hermita,.... y lo mas sorprendente, lo hacía incluso cuando ya no veia. Si nos poniamos a hablar y se despistaba, solo tenias que decirle ahí está el polo, o los herreros, o el estanco,... y seguia nombrando
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