martes, 21 de abril de 2015

SOÑANDO CON RATAS


Episodio mitico de mi infancia. Lo recuerdo minuto a minuto y no sé si seré capaz de resumirlo. Todo empezó una tarde en la que fuimos a una cueva que había cerca de los ranines. Allí nos acercábamos muchas veces con las bicis (¿Qué habrá sido de ese sitio?) y dentro había una madriguera de conejos. Ese día vimos dentro de la cueva un conejito que tenía algunas hormigas pero estaba vivo. Lo cogimos y lo llevamos a la cueva para cuidarlo. Por aquel tiempo estaba en la cueva la gata de la madrina de los Gambín y siempre hablábamos de que por allí se acercaba a veces un novio que tenía. Así que para que los gatos no pudieran alcanzar al conejo lo pusimos en el último escalón de las escaleras que subían al palomar. Llegó la noche y María yo dormíamos en el salón. Esa noche hubo mucho movimiento en el patio. Oíamos un ruido como que algo rascaba la puerta también escuchábamos un montón de golpes en la puerta metálica que dividía el patio de la antigua cocina… Muertas del miedo al final avisamos porque no podíamos dormir. María no sé donde siguió durmiendo pero yo si recuerdo que la abuelita se vino conmigo al salón. Tenía un mal cuerpo… había pasado tanto miedo por los ruidos que no conseguí reponerme. Al día siguiente, por supuesto, ya no estaba el conejo. Ya no sé si fue cosa del gato o que alguien lo quitó de allí.

A la noche siguiente estábamos muertas del sueño así que nos acostamos antes que nadie. María y yo estábamos en el salón y los demás estaban en el porche. Recuerdo que yo no paraba de rechinar los dientes y María me dijo “¿no oyes un ruido?” y yo le dije “soy yo con los dientes”. Y de repente María gritó alto y claro “UNA RATAAAAAAA”. Recuerdo que salté como un resorte a la vez que se me paró el corazón. Ni llegué a ver la rata pero creo que tardé exactamente un nanosegundo en salir de allí y subirme encima de la abuelita. No podía dejar de temblar del miedo que tenía. Mientras, todos los valientes varones fueron a buscar la rata y cómo no el abuelito dirigía la orquesta. Los que estuvieron dentro podrán contar qué pasó.


Recuerdo que me hacía pis y por supuesto no me atrevía a entrar al baño así que hice en el chinarro. De la prisa que me di en hacer pis y la presión con la que lo expulsé por las prisas hasta hice espuma. Al final sé que la acorralaron, creo que en la ventanita que estaba en la habitación de los abuelitos, y la mataron… no sé ni cómo. Alguien salío con la rata muerta, creo que el abuelito, y digo que “creo” porque no es que no lo recuerde es que cuando avisaron que salían con la rata cerré los ojos porque en ese momento mi cabeza no podía soportar otra imagen angustiosa. Tal fue mi trauma que al día siguiente me volví con mis padres y estuve soñando con ratas durante un tiempo.